12 de junio de 2015

Yogur de melocotón en almíbar


[...] 
"Y ya llego al fin de mi canción:
son estos platos, lo mejor entre un millón,
pero sin dudarlo los daría,
miles de ellos cada día,
por un único y solo bocado
de este MELOCOTÓN AMADO."

James y el melocotón gigante, junto con Las brujas, era uno de mis libros favoritos. La verdad que hoy día no creo que las novelas de Roald Dahl fueran del todo para niños. Pero uno espabila que da gloria y, total, no creo que los niños contemporáneos lean ya estos textos (que no tengo ni idea pero, visto lo visto, lo supongo). Siempre hay un protagonista (que como en los animes japoneses) inicia su aventura desde la desventura. De hecho Harry Potter y la inexpicable fortuna amasada de su autora siempre me ha parecido una versión cutre de cualquier novela de Roald Dahl.
El tema del melocotón es un asunto delicado para mí porque de toda la vida le he tenido una alergia espantosa. Me hubiera encantado vivir dentro de uno como James y comerlo cuando me apeteciera (igual por eso me gustaba tanto el libro). Para mí era un problema porque me encantan y, de vez en cuando, hacía de tripas corazón, dejaba lo razonable a un lado y me comía uno. ¡Hale! Reacción alérgica de traca de feria y a sufrir. Pero siempre he pensado que merecía la pena ahogarse un poco de cuando en vez.
El caso es que hace un par de años en un brote asmático de esos de hospital acabé en la consulta del alergólogo. Me recetó una vacuna mensual (que por el precio que tienen debe llevar en su composición oro y trozos de la Sábana Santa) y con ellas llevo desde entonces. No hace mucho tiempo me dio por pensar que si ya llevaba dos años pinchándome para que, entre otras cosas, el melocotón no me diera alergia, tenía que testarlo (y ver si rentaba el tema). Así que fui a la frutería y me hice con unos melocotones. Al llegar a casa lavé uno y le dí un bocado que casi me lo llevo entero (¡qué bueno estaba!). Terminé con él y entonces me tocaba ver si sería él el que terminaría conmigo en un rato. Me senté a esperar. Esperé. Esperé. Esperé. ¡Nada! Como si me hubiera comido una manzana. ¡Las vacunas sirven para algo! (aunque otros piensen lo contrario). Os podéis imaginar que desde entonces no puedo parar de comer melocotones y sus derivados. Aunque lo recomendable es que no lo haga, creo que me lo he merecido. Y, por eso, aparecieron también estos yogures. Que no es que estén buenos, es que a mí casi me hacían llorar.

Para 7 yogures

1 litro de leche desnatada
200 g de melocotón en almíbar
1 yogur natural desnatado
2 ó 3 cucharadas soperas de leche en polvo

Como la fruta ya está cocida no hace falta cocinarla. Tampoco le he puesto azúcar porque los melocotones en almíbar ya vienen con él de serie. Pero ya sabéis, al gusto. Así que ponemos todos los ingredientes en el vaso de la batidora y trituramos. Vertemos en los vasos de la yogurtera y dejamos 10 horas. Retiramos a la nevera al menos 4 horas antes de consumir. ¡A disfrutarlos!

10 comentarios:

  1. Madre del amor hermoso, si yo hiciera lo mismo que Charlie, en la fábrica de chocolate, estaría como un tonel, que casi casi, y me falta poco, ja, ja, ja...yo creo que tu y yo eramos como Matilda, libro que caía en nuestras manos, libro que devorábamos con tal fruición, que pareciera que estábamos con un mil hojas de hojaldre en las manos, en vez de un libro.
    Yo entiendo lo de tus alergias, pues he pasado por procesos similares, y te dejas una pasta en vacunas, pero merece la pena, sobretodo a ti, que no se como has podido aguantar tantos años sin comer melocotones, que para mí es la fruta de mi vida.
    ¡A que me voy a tener que comprar una yogurtera!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por eso no leía mucho Charlie y la fábrica de chocolate, porque los libros son como las películas, de repente ves a alguien comiendo polvorones en la tele y te tienes que comer uno (o dos, o tres) jajajaja ¡Ay Matilda! ¡Cómo me gustaba (y me gusta) esa novela también! Y es que sí, ¡todo lo tengo que leer! y la verdad que no es tan común encontrar a gente que haga eso mismo! Aunque te confieso que de vez en cuando me he leído unos bodrios que daban ganas de tirarse por la ventana. Que pensaba yo: "¡Deja de leerlo!" Pero una vez que empiezo uno tengo que terminarlo por muy malo que sea. Necesito fomentar mi determinación jajajaja Me alegro mucho de que me digas que las vacunas merecen la pena, porque a veces me entran tentaciones de abandonarlas. ¡Seré fuerte como Sancho Panza! (eso y que así puedo comer los benditos y amorosos melocotones) Oye, y ya te digo que si comes yogures, la yogurtera es un inventazo digno de un sultán que no se lo salta un gitano! (ni yo tampoco) Besoteees!

      Eliminar
  2. Conocí a a Charlie y a James, ya de mayor. Pero con la que más disfruté siempre fue con Matilda sin ningún género de dudas.
    Lo cierto es que tener algún tipo de alergia es un rollo, pero oye si administrándote las vacunes te permite poder darte tus caprichos melocotoneros, no lo dudes ni un momento.
    Hace poco desempolvé la vieja yogurtera de mi madre {con la que me he criado por cierto} y estoy haciendo los yogures, aunque sólo los hago naturales y punto. Es que en mi casa son muy especiales, así que sólo son para mí.
    Y si, la yogurtera es un buen invento. Cómoda y aunque tarda horas, tampoco hace falta estar a su lado, es muy apañá y lo hace todo solita jaja
    Muy ricos Silvia, tanto como para tenerlos en cuenta....en cuanto pase la fase de natural a frutas a gogó.
    Besoooosss, y feliz finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Si es que Matilda es un pedazo de novelón! Que yo ya te digo que si mi favorito es James es por el melocotón. Si se hubiera titulado "James y la rePera" (juas juas!) no sería mi preferido, fijo.
      Pues mira, bien que haces. Si el resto no sabe apreciar un yogur casero ¡a más tocas! En esas cosas es mejor no insistirle a la familia y eso que te llevas jajaja Yo siempre me arrepentiré de una yogurtera que tiré (que debía llevar aquí desde vaya usted a saber cuándo) porque al abrirla encontré dentro de los botecillos los hongos en pleno apogeo. ¡Santo asco! Me pudo el impulso y la mandé a freír espárragos al contenedor. Al tiempo me compré otra mientras escuchaba a pepito grillo decirme: "¡Para qué tirarías la otra! Podías haberla limpiado estaba estupenda". Pero poco arreglo tenía ya jajajaja Un besazo!

      Eliminar
  3. ¡No me quedaría encerrada por nada del mundo! ¡ni en un melocotón! por mucho que me gustara, tengo tal claustrofobia que no puedo ni subir a los aviones, ni subir a los ascensores, ni subir en coches sin ventanillas atrás, no puedo hacerme un scáner, no resisto los baños sin ventana...jajaja ¡y no sé porque me río! ¡me Río de Janeiro! jajaja. Incompatible con mi vida :-(
    Tengo que decirte, en serio ya, que estos yogures me fascinarían, no tengo yogurtera ( sé que se hacen también sin ella) y en casa ya no me caben más chismes (otra vez, en serio) y me conozco, que los compro y luego dos veces y al armario ¡¡¡soy una desastre!!!
    Me invito a tus yogures un día de éstos. Besitos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajajajajajajajajaja ¡me identifico! y yo también me río jajajaja. A mí me pasa con las alturas. No puedo. Fobia total. No soy capaz de subir a un avión sin hiperventilar y llorar (una vez me fui a Hamburgo en bus, pasando por Holanda, por no coger un avión), tampoco puedo cruzar puentes, ni subir a lo alto de una montaña, ni bajar escaleras empinadas, ni hacer nada que presuponga que tengo que estar en un alto rodeada de caída libre.
      Lo de las máquinas guardadas....Momento confesión: tengo una máquina de pasta con su accesorio de ravioli que no he usado jamás. Así que comprendo que no quieras cacharros que puedan correr esa suerte jajaja Un besazo!

      Eliminar
  4. Como me alegro que se te quitara la alergia, yo pensaba que las vacunas no servían para nada y no veas como me ha animado leerte, en serio;) Bueno los yogures me parecen una pasada, yo no tengo yogurtera pero igual, conociéndome me hago con una jejej un besito wapa!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Elena! Pues si estás con vacunas para alergia ¡no las dejes! Al menos conmigo son mano de santo. Y ya te digo que si antes, sin yogurtera, me gustaban los yogures, ahora no puedo vivir sin ellos. ¡Si es que todo lo hecho en casa es mucho mejor! Un beso!!

      Eliminar
  5. Pocas cosas me gustan más que un yogur casero, pero la yogurtera se me estropeó y ya nunca más volví a hacer ninguno, es demasiado cómodo, que no rico, comprarlos. Veo que a tí te han quedado estupendos y ahora que estas vacunada disfrutarás de lo lindo de ellos; pues muy bien que haces, nada se desea más que lo que no se puede comer.
    Bss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De vez en cuando sí que compro yogures para comérmelos directamente. Hay unos de kiwi y muesli que ¡me vuelven loca! jajaja Pero eso sí, a la yogurtera no la abandono porque ella no lo haría. Es una pena que se te estropeara la yogurtera porque encima funcionan con el mismo mecanismo de una piedra ¡qué rabia me da eso!. Y lo que dices, basta que no puedas comer algo para que no dejes de pensar en ello. Si es que, ¡cómo somos! Un beso!

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...